Cómo les gusta ir a la sala de interioridad.
Como por la mañana habíamos trabajado los jardines japoneses y sobre todo, nos habíamos detenido en el jardín zen, por la tarde fuimos a la sala de interioridad para visualizar nuestro propio jardín zen.
Al principio trabajamos las normas de esta sala.
Es una sala silenciosa y saben que en cuanto suena una campanilla ya no se puede hablar.
Escuchamos música zen para visualizar nuestro jardín y relajarnos, a la vez que tomábamos conciencia de nuestra respiración, colocando nuestras manos encima de la barriga.
Es una actividad que les encanta.
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