Para los grandes señores y reyes medievales la mejor forma de celebrar cualquier cosa era con una gran comilona. En una sala de la torre del homenaje desplegaban largas mesas hechas con tableros y caballetes.
Los comensales se sentaban a un solo lado de la mesa para poder servirles de frente. Cuanto más poderoso fuera el anfitrión, más grandioso debía ser el banquete.
¿Qué comían?
La carne asada era la gran protagonista de los banquetes, pero también se servían platos de aves de caza o de corral. También se tomaban verduras y pescado. Para los dulces no se esperaban al postre, servían pasteles y frutas junto con los platos salados.
No había cubiertos, comían con las manos.
¿Qué bebían?
En los países del mediterráneo se bebía vino. En Inglaterra y países del norte, la cerveza era la bebida preferida.
La cocina
Las cocinas funcionaban de manera continua y no paraban de llegar carros con comida y vino. Daba igual cuánto tiempo llevasen trabajando: ¡mientras hubiera comensales hambrientos no debían faltar alimentos en los platos!
Actuaciones
Los trovadores y los juglares eran los poetas y cantautores de la época y se encargaban de tocar música y entretener a los comensales con sus canciones épicas.
El bufón del señor, que casi siempre era un enano o un jorobado, se encargaba de hacerles reír con chistes y malabarismos.
CUENTO: MINUTO, EL BUFÓN
Nuestros bufones nos hacen malabarismos para entretenernos un rato.
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